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Cómo detectar los fallos del sistema de escape
Recomendamos comenzar con un análisis acústico, ésto es, debemos escuchar con atención los sonidos que salen desde el motor en funcionamiento y del sistema de escape. Lo normal es escuchar un sonido suave, de volumen medio, con una ausencia total de sonidos extraños (traqueteos , alaridos, silbidos o explosiones). El siguiente paso es llevar a cabo una inspección visual. Lo primero de todo es prestar atención a los daños mecánicos, a la corrosión, o a los elementos que se hayan fundido. Si el examen no da resultados positivos, recomendamos buscar la asistencia de un experto que lleve a cabo un proceso de diagnóstico con un ordenador en el taller.
Se puede saber que el sistema de escape requiere de una reparación por los siguientes indicios:
- sonidos tipo explosión que provienen del sistema de escape;
- sobrecalentamiento frecuente de la unidad de alimentación;
- reducción de la potencia del motor;
- aparición de un olor peculiar en el habitáculo de pasajeros del coche;
- sonidos extraños durante el movimiento;
- aumento del ruido que emite el motor.
Causas de los fallos del sistema de escape
Una de las razones más comunes que llevan a la rotura de las piezas del sistema de escape, en particular del tubo de escape y del catalizador, son los daños de origen mecánico. En general, aparecen durante el uso del coche, por pasar por encima de obstáculos, al ser golpeado por piedras u otros sólidos cuando nos desplazamos, también como consecuencia de un accidente de tráfico. Los vehículos que son conducidos por terreno fuera de la carreta, o en carreteras con superficies de baja calidad, tienen un riesgo mayor de sufrir estos daños. Las sales de descongelación son otra influencia destructiva para las piezas del sistema de gases de escape.
Debido a su emplazamiento, el silenciador y el catalizador están más expuestos a los efectos perniciosos de la humedad que otros componentes. Es por esto que la no revisar las condiciones de aparcamiento del coche o por su uso en zonas de clima húmedo son comúnmente una causa de la corrosión de estas piezas. Conducir sobre charcos de agua también puede ser un factor negativo: los cambios bruscos de temperatura llevan al daño del transformador catalítico.
Hay fallos de otros sistemas y piezas que están directamente relacionados y que pueden llevar al fallo del sistema de gases de escape. Por ejemplo, los fallos del funcionamiento del sistema de temporización o el mal funcionamiento del sensor de oxígeno, que pueden llevar a una situación en la que parte del combustible no se queme en las cámaras de combustión del motor sino en el catalizador, lo cual puede causar la fusión de este. El uso de combustible de poca calidad (el que contiene aditivos de metal), o la quema de aceite durante el funcionamiento del motor son factores que contribuyen a ensuciar el catalizador.
A veces, la instalación de componentes de baja calidad o los errores durante el montaje pueden llevar a un desgaste prematuro de los elementos del sistema de gases de escape.
Reparación y cambio del sistema de escape
Es recomendable reparar el sistema de escape sólo en un taller de servicio. En algunos casos, para sustituir un elemento defectuoso del sistema, se necesitará una máquina de soldar. Si hay una parte dañada que está destinada a ser sustituida se corta y se suelda una nueva en su lugar. Recordamos que el convertidor catalítico del sistema de escape contiene sustancias muy peligrosas para la salud. El cambio del catalizador debe realizarse cada 120.000 kilómetros recorridos.