Amortiguador de dirección de coche

Cómo detectar un fallo en el amortiguador del volante

Para diagnosticar el amortiguador del volante usted mismo, tiene que inspeccionarlo visualmente. Las rayas o rasguños en la superficie de la pieza, la deformación en la carcasa o del muelle, el desgaste o el óxido en la barra, la ruptura de los fuelles guardapolvo de protección, todo ello indica que el componente tiene fallos.

A continuación, tiene que suspender la parte frontal o morro del coche y girar el volante varias veces en ambas direcciones con movimientos bruscos. Si tiene demasiada libertad de movimiento, lo más probable es que el amortiguador haya fallado. El fallo de la pieza viene indicado por un giro excesivamente duro  del volante también.

También tiene que comprobar que los bujes de goma estén en buenas condiciones: con el tiempo se vuelven frágiles y quebradizos y se podrían romper

Un examen más detenido del amortiguador del volante requiere un banco de pruebas especial y se realiza en el taller.

Puede identificar que el amortiguador del volante requiere una inspección por los siguientes síntomas:

• vibración del volante;
• golpes en el volante al conducir por baches;
• diferentes ángulos de giro de las ruedas;
• disminución de la respuesta del coche;
• sonido chirriante al girar el volante a su posición extrema;
• golpeteo en el área de la suspensión frontal mientras se conduce;
• descentrado axial de la traccion de las ruedas a velocidades bajas.

Causas de fallo en el amortiguador del volante

La causa más frecuente de funcionamiento incorrecto del componente es el uso en condiciones adversas. La conducción frecuente en carreteras de mala calidad causa mayor estrés sobre la pieza, lo que deriva en el desgaste prematuro de sus componentes. Aparte, cuando se conduce fuera de carretera, el riesgo de daños mecánicos en el amortiguador causado por la entrada de objetos extraños, o golpear un obstáculo, se ve incrementado considerablemente. Por ello, la estanqueidad de la carcasa puede verse deteriorada, y el aceite puede fugarse. La deformación de la carcasa a menudo es la causa de que la barra se adhiera y se atasque.

La suciedad y los agentes químicos de la carretera también son peligrosos para la pieza, ya que tienen un impacto sobre los fuelles guardapolvo de goma y rompen el sello del amortiguador. En consecuencia, su barra se oxida, el fluido de trabajo se fuga y el rendimiento del componente se deteriora. Además, el aire puede introducirse en el amortiguador. En algunos casos el desgaste prematuro de los fuelles guardapolvo deriva del uso de un aceite inadecuado que corroe los sellos.

En algunos casos, los fallos en la pieza están causados por problemas de rendimiento de otros elementos de la dirección y de la suspensión. En particular, las monturas de los amortiguadores se pueden romper porque el extremo de la barra de dirección esté atascado. Un amortiguador del volante de acción simple está equipado con un resorte, que a veces puede fallar al haber perdido su tensión.

Reparación del amortiguador del volante

La mayoría de veces puede restaurar el funcionamiento del amortiguador con la ayuda de un rellenado. Tiene que desmontar la pieza, limpiarla a fondo, y cambiar los sellos dañados y los anillos de retención, así como el regulador de fuerza del amortiguador, por nuevos componentes, que se incluyen comúnmente en el kit de reparación.

Cambio del amortiguador del volante

Todo el mundo puede cambiar el amortiguador del volante. Para ello tiene que montar el coche en una grúa, desatornillar los pernos de la pieza y desconectarla del soporte de montaje. Tiene que limpiar su asiento de suciedad y óxido, si fuera necesario. Tras ello, puede instalar la pieza, apretando sus pernos con el par de apriete especificado en la documentación técnica del vehículo.